miércoles, abril 09, 2008

Una mirada distinta


Emilio Marín, arquitecto egresado de nuestra facultad, tiene una interesante visión de la arquitectura. Así pudimos verlo en la charla que dio al taller y también en lo que expresa en el profile de su página web http://estoes.oficinadearquitectura.cl:

“…En el año 2005 se convierte en independiente al fundar su proyecto oficinadearquitectura.cl, lo que nace de un vistazo personal, agudo y crítico del ejercicio de la profesión, así el OA se convierte en un lugar de trabajo que intenta proponer y desarrollar los proyectos que pueden ir de alguna manera "más allá" del ejercicio tradicional del arquitecto. Por otra parte el OA está constantemente en la búsqueda de nuevas formas de acercamiento entre las disciplinas del arte y la arquitectura, en cuanto a sus semejanzas formales.”

Aquí destacan dos aspectos. El primero tiene que ver con su visión aguda y crítica de la profesión, el intentar ir más allá, salir de lo tradicional. Ese incansable afán de búsqueda y exploración, donde no se aceptan conceptos predeterminados, y donde es fundamental mantenerse al día y ligado al mundo de su profesión en el ambiente nacional e internacional.

El segundo, es el enfoque que le da a su profesión, muy ligado a las artes visuales (está pronto a obtener el Magíster en Artes Visuales en nuestra universidad), ya que esto permite una ligazón con la visión sensible de la sociedad y el entorno, la expresión de percepciones y sensaciones que debieran considerarse al momento de construir una ciudad. Él mismo definió a los arquitectos como los “autores de la ciudad”, pero cuando los autores se desprenden de la visión artística, sus obras resultan carentes de este sentido profundo de la creación humana y del respeto por el entorno, el paisaje, los habitantes y su cultura.

Esto es tal vez el “plus” o la diferenciación que intenta entregar nuestra Universidad, y así ocurre también con nuestra carrera de diseño. No solo nos enseñan la profesión, sino también a desarrollar un perfil abierto, una mente despierta e inquieta, con interés social, observando siempre el entorno y buscando el sentido profundo de nuestras creaciones, que nos aleje de lo facilista, superficial y lo pasajero. Estos mismos conceptos son los que trabaja la escuela KaosPilot en Dinamarca. Si bien no es una escuela de diseño, se definen como una “escuela internacional del nuevo diseño para negocios e innovación social con fuerte énfasis en los valores”. Ellos trabajan con un perfil abierto, socialmente responsable y una vocación preferencial por el trabajo en escenarios reales. “Debemos sentir, pensar y vivir de manera global para poder manejar los conflictos a los que nos enfrentamos en la actualidad”, Uffe Elbaek, director de la escuela KaosPilot. Sin duda un gran referente de trabajo que ha logrado resultados muy interesantes. (Revista Chilena de Diseño N°1, 2006, pág. 36).

En este sentido, la carrera del diseño tiene una gran misión en Santiago. Aquí el diseño es mirado como algo más bien estético y superficial, mas falta entenderlo como un potenciador del desarrollo de la ciudad, el generador de ese “valor agregado” que necesitamos para crear espacios donde la comunicación fluya, respetando el paisaje, sin perder la esencia del lugar y de la gente que allí habita. Este tema es reconocido, y ha sido planteado desde diversas perspectivas:

“En la medida que el diseño es una disciplina integradora de la tecnología y la cultura, resulta importante que en Chile se formen a sus propios diseñadores, profesionales que han de contribuir a la creación de la industria local con la que potencien de la mejor manera posible los recursos y que ayuden a salir del subdesarrollo sin pasar por la alineación cultural y la destrucción del territorio”. (Nueva definición del diseño para Latinoamérica ante los retos del nuevo milenio, Gabriel Simón Sol, Universidad Autónoma de México).

El diseño puede y debe intervenir y facilitar la interacción entre ciudad y paisaje, entre personas y lugares, y hacer la distinción entre una ciudad con diseño y una ciudad sin diseño.

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